THE 8 CIBERPAYOS OF THE FREGONETA
Based on a True Story




        Veamos...
        Hay veces que me pregunto: ¿Pero cómo he llegado yo a mezclarme con esta calaña? Es increíble. Pero la realidad es esa, y he de aceptarla: yo también soy algún tipo de "calaña". Qué le vamos a hacer.

        Pero ello no quita que intente contar cosas sobre quiénes son estas gentes, estos CiberPayos de nombres absurdos y que ocultan su identidad no sé si porque tienen vergüenza o porque son, sencillamente, como diría Achiquitraun, unos auténticos panojos.

        A todos ellos los conozco porque son mis compañeros en la Facultad, claro está, pero cada uno de ellos es un mundo (lleno de alegría y de colooor...), así que describiré el asunto por separado. Y para que nadie se sienta ofendido, lo haré por orden alfabésstico:
 

          Achilipú es de Xove, de Lugo. La primera impresión que tuve de él fue que debían picarle una barbaridad los escasos 5 milímetros de pelo que luce en su cabeza. Lo conocí por ser amigo de Achiquitraun, y la mayor sorpresa que jamás me dio fue cuando descubrí que su dirección de E-Mail coincidía ¡con la de su Ayuntamiento!, lo que para mí resultó incomprensible. De todas formas, no hice preguntas, no fuera a ser que montase ahí un Watergate. Es un buen chaval, de los que encajan los puteos cuando son dirigidos a él y los disfrutan cuando no, y junto a mí y a Chispita formamos el grupo de los que necesitan transporte para subir y bajar de la Facultad a la ciudad, y de la ciudad a la Facu. También somos denominados "los incordios" por nuestros maravillosos compañeros, que sin embargo se prestan audaces a complacer nuestras necesidades.

          Achiquitraun. No considero que sea un buen apodo para él. Sería mejor algo como "Er bisho", o en todo caso "El Panojo", palabra que aún no sé exactamente qué significa, pero que usa continuamente para definirnos, por lo que tiene que ser algo malo. Es un elemento puteón donde los haya, pero como yo me defiendo, se jiba. Suele pasarse las clases en un estado de letargo infinito, quizás recorriendo mentalmente su neurona de arriba para abajo, y sólo despierta a intervalos regulares para preguntarme la hora y lanzar alguna exclamación de desesperación. No me extraña. Quiero decir, no por él, sino por las clases. De vez en cuando, para matar el sueño, echa una partida de barquitos con Chispita, en plena clase de Algoritmos, en las cuales suele darse cuenta, tras tres cuartos de hora de partida, que había puesto menos barquitos de los que eran... (si cuando yo puse lo de neurona en singular...)  Conduce algo que él llama "Seat Panda", y que nosotros preferimos llamar "Máquina de la Muerte", mucho más teniendo en cuenta su manera de cambiarse de carril en plena convicción de que el coche es transparente y conduciendo con una mano, mientras nos invita con la otra a que sigamos con palmas la canción de U2 que resuena a 10.000 decibelios en ese instante en el vehículo. Eso cuando no cambia de marcha y se queda con la bolita de la palanca en la mano...  Una experiencia para contársela a los nietos, de verdad.

          Chispita. Es algo así como el huracán de las Azores, pero en versión Compra de Bolígrafos. Suena raro, pero debe ser la mayor de sus aficiones. Cada día nos llega a clase con un bolígrafo de un color que antes de verlo jamás hubiéramos creído que estuviese dentro del espectro visible...  un día fucsia, otro marrón, dorado, plateado,...    yo qué sé. Dejando esto a un lado, es una chica muy maja, que no es fácil de cabrear (y mira que lo intento...) y que, por supuesto, como buena CiberPaya, aprovecha la más mínima ocasión para putear un poqutín a Chumi por sus aficiones deportivas.... pero lo de Chumi ya vendrá luego. Últimamente me está poniendo algo nervioso, porque es mi compañera de prácticas de Bases de Datos, y como tenemos que modelizar el sistema de información de una empresa cualquiera, ella pretende que hagamos un TANATORIO...  mientras yo defiendo un sistema de Gestión de los Reyes Magos. Además, Chispita nos resulta a todos de una enorme utilidad, ya que sus apuntes son algo así como una bendición divina, un soplo de aire fresco...  ¡qué manera de copiar, mi madriña!, pero si yo creo que hasta apunta los estornudos de los profesores...

          Chumi. Pese a lo pervertido de su apodo, Chumi es un chavalote muy formal. No es que sea serio (en todo caso lo sería antes de tener contacto con nosotros), pero quizás sea algo que hoy en día no estamos acostumbrados a ver. Es trabajador. Esto es algo que al principio no entendíamos muy bien (joder, suena raro...), pero que ahora, como seguimos sin entenderlo pero ya hay más confianza, hemos reconvertido en un puteo contínuo sobre lo primero que se nos ocurra. Curiosamente, lo primero que se nos ocurre suelen ser sus prácticas deportivas, sobre todo las de cierto deporte de raqueta que no puedo mencionar, afición por la cual Achiquitraun y yo le hemos dedicado el esfuerzo de publicar una Página web, (a la que ni muchísimo menos puedo hacer un enlace) realmente bonita, y que incomprensiblemente él no ha sabido apreciar. Desagradecido. Por azares de la ciencia genética, dirige sus mentes siempre hacia la vecina Facultad de Derecho, en la que no sabemos qué ocultos intereses albergará...  suponemos qué tipo de intereses, pero nada específico. Seguro que es porque allí el café está muy rico...  Algún día lo sabremos, y entonces el puteo ya no será por el deporte de raqueta cuyo nombre, repito, no puedo pronunciar...  A parte de todo esto, suele dársele por fastidiar los pocos días que tenemos de sol cantando canciones de Serrat & similares, y empezando canciones de Ella Baila Sola de las que a veces ni se sabe la letra...   pero, pese a todo esto, es un chaval fantástico.

          Gran Kajuna. El Macho. Al menos eso deben pensar en Santiago, porque es que este hombre no para.  Es notable en él la costumbre de decidir que, tras dos o a lo sumo tres horas de clase ya ha tenido bastante, y que, sencillamente, se va a Santiago. Y nos dice: "Me voy".Y entonces nosotros decimos: "Pero, oh, Gran Kajuna, líder entre los líderes, ¿acaso tus preclaras mientes no se cercioran en la coyuntura de que este día del Señor es aún de la semana Martes, y que, en aqüestas horas que nos hallamos, son apenas las seis de la tarde?", a lo que el, con templada voz y cálido timbre responde: "¿¿Mande??", y añade: "Me voy". Así es Gran Kajuna. Por eso lo llamamos Gran Kajuna. Creo. La verdad es que no sé de dónde viene esa estupidez de nombre. Fuera de coñas, es tipo chanchi, que (espero) sabe aguantar puteos, y que tiene, como todos nosotros, sus peculiaridades, una de las cuales es, sin duda, intentar auto-asignarse como compañero de prácticas de Chumi en cuanto encuentra la ocasión, a lo que Chumi responde con una veloz galopada en la dirección contraria haciéndose el Sueco de mala manera. Al final, siempre lo consigue (y muchas veces Chumi no tiene por qué quejarse), pero siempre terminan, sean las prácticas de la asignatura que sean, discutiendo la primera mamonada que se les viene a la cabeza, tras lo cual, la tajante frase de Chumi es siempre la misma: "Quiero el divorcio". Al final eso no ocurre, más que nada por los niños, pero siempre andan cerca...

          Tralarí. Que te ví. Ya te digo. Si cuando yo digo que los apodos de toda esta gente son estúpidos, es por algo.  Este es un muchachote simpático, con cara de bueno, mini-flequillín al viento y buenas maneras...  si por fuera parece un santo, ya te digo... tan sólo de vez en cuando monta escandalosas juergas jugando al parchís, al que-te-pillo o viendo dibujos animados, no de las otras de irse a Santiago toda la noche ni nada de eso...  En fin, el caso es que, desde mi punto de vista, en todo el tiempo que le conozco sólo ha cometido un grave error, uno garrafal, pero que afortunadamente para su pellejo, no ha tenido consecuencias serias: cierto día, comentando la adquisición de su nuevo vehículo, pronunció la frase "Un Cliillo amarillo..." en el preciso instante en que pasaba por nuestro lado cierta profesora de cierto departamento (conocida no precisamente por tener un humor desbordante) completamente vestida de amarillo... oír, lo que es oír, yo no oí que dijese nada, pero hay testigos fehacientes que aseguran haberla oído graznar algo sobre la familia de Tralarí...  Por cierto, que ese vehículo vino a sustituir al anterior "Mini Morris", por el cual Tralarí era ampliamente conocido en la facultad. Alguna gente incluso se preguntaba si se cepillaría los dientes en él, camino de la facultad, al más puro estilo Mr.Bean. Puedo asegurar que no era cierto. Tan sólo se afeitaba.

          Kernel Panic. Fue el primero de los CiberPayos al que conocí en la Facultad. Y ya véis, no me debió servir como advertencia porque al final terminé conociendo a los otros... está, sencillamente, como una auténtica regadera, y en pleno goteo. Es un chaval simpático, de esos que devuelven los puteos multiplicados por 600 y que, además de andar por la vida llamando "bicho" y "jefe" a todo con el que se cruza (hasta que un día lo crucen a él), tiene la extraña manía de llamar a mi novia "Esa chica rubia con la que andas...". En ocasiones, resultaría vano ocultarlo, me dan ganas de despellejarlo, pero he de tranquilizarme porque el muy cabroncete resulta por completo útil cuando alguien quiere hacer alguna carallada con el Linux. Se debe saber los archivos de las distribuciones de auténtica carrerilla. Para que luego, que lo sé yo, ande por ahí usando el Windows.